La Real Academia Española define a la “traducción” de la siguiente manera: “Expresar en una lengua lo que está escrito o se ha expresado antes en otra”. De esta definición, se entiende que la labor del traductor es comprender el significado de un texto redactado en un idioma (lengua de origen) para poder producir un texto con un significado equivalente en otro idioma (lengua meta).
El objetivo del traductor es crear una relación de equivalencia entre ambos textos y asegurar que los mismos transmitan el mismo mensaje teniendo en cuenta asimismo aspectos como el género, el contexto, la gramática de cada uno de los idiomas, las convenciones estilísticas, recursos literarios y otros.